He aprendido que la vida pasa y no nos damos cuenta, que
hablamos demasiado y actuamos muy poco. Que dejarse llevar es tan bueno como
malo. Que no puedes confiar en nadie, ni en ti mismo. Que ni los buenos son tan
buenos, ni los malos tan malos. Que todo el mundo miente, incluido nosotros
mismo. Que todos queremos ser especiales, todos queremos ser elegidos. Que no es bueno
apegarse a las cosas como a las personas. Que siempre faltará algo o fallara
algo, pero que la vida sigue. Que todo o nada cambia y cambia todo. Que las
heridas cicatrizan pero no se curan. Que nadie sabe todo lo que puede pensar
otra persona. Que las lágrimas más dolorosas no salen. Que las risas más
escandalosas duelen en el estomago. Y que solo hay un paso de la risa al llanto
y el llanto a la risa. Que escribir merece la pena igual que leer lo que se
escribe. Igual de importante es pensar en lo que se dice y decir lo que se
piensa. Una palabra dicha, mil emociones sentida s y producidas y ninguna
vuelta atrás. Que acomodarse no vale y el moverse tampoco. Todo sigue adelante
aunque tú no quieras mover ficha, la tierra gira y el sol la observa. Simplemente
lo que importa es sobrevivir el día a día, ¿cómo? En eso no puedo ayudarte,
simplemente eso sobrevive.
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