jueves, 22 de septiembre de 2011

Definiciones...

Llega el día afortunado y naces, al nacer, te separan de un vínculo especial con tu madre y comienzas una nueva andadura. Un nuevo comienzo en un hábitat diferente y con diferentes sensaciones. Comienzas a conocer cosas nuevas y te empiezan a hablar para que aprendas a comunicarte con los demás. ¿Cómo? Poniéndole nombres a las cosas.
-¡Esta es mamá, y este es papá!, dilo, mama, papa!...- Si, así comienzan, a ponerle nombre a las personas, para poder diferenciarlas de otras. Tras esto llega, hermanos, primos, tíos, abuelos etc. Toda la familia. Se comienza a diferenciar el agua del zumo y de la leche. Distinguir las diferentes frutas; manzana, plátano y pera. Nombres que se han inventado hace muchos años, nombres que pueden haber evolucionado o quedado obsoleto;  que si te pones a pensar, puedes llegar a preguntarte ¿Cómo surgió el nombre? ¿Por qué la mesa, es una mesa?
Llegas a la guardería o al colegio, y te comienzan a enseñar nuevas palabras para cosas y para las personas. “Esta es tu clase, es de color azul, estos son tus compañeros y esta es tu profesora”. Si, y comienza un nuevo camino de aprendizaje continuo. Hasta que ya lo has aprendido todo y comienzas a aplicar tu mismo las palabras que has asimilado. Hay que tener, muy en cuenta que dependiendo del tiempo en el que tu vivas las palabras tiene un significado u otro.  Que tú puedes decir que esto  “es una traba”, y alguien que no sepa que es, te pregunte a que cosas la has definido así. Por lo que, un objeto puede tener muchas definiciones y una persona también.
En tu camino, has conocido a muchas personas, que has denominado, bueno o malos profesores, directores si es que has tenido que ir a visitarlos, compañeras o compañeros de clase, y llega lo más delicado,  has denominado a “tus amigos”. La palabra amigo, es muy utilizada frecuentemente para definir a personas con las que estamos durante toda o parte de la vida, o durante un tiempo.  Aquella persona con la que compartimos muchas clases, muchas aventuras y secretos. ¿Pero está bien utilizada esa palabra? Una persona con la que hablas mucho, ¿es un amigo?  Es posible o no.
La Real academia de la lengua española dice que un amigo es: un adjetivo, que es posible utilizarlo como sustantivo y lo define como algo que tiene amistad, como tratamiento afectuoso, aunque no haya verdadera amistad. ¿Es posible que los humanos hayamos hecho evolucionar esta palabra para todo aquel tratamiento afectuoso?, por lo cual, somos nosotros los que comentemos el error de denominar amigo a una persona que no lo es, la definición exacta podría ser, “personas con las que te rodeas habitualmente para algunas situaciones”, alguien lo define como compañero habitual de diversiones y es la verdad. Pero para abreviar decimos mi amig@.
De esto modo, podemos llegar a confundir el aprecio que nos tiene ese “no tan amigo”, y que acabemos siendo dañados por él. Denominar a una persona como amiga o amigo conlleva depositar fe en ella, una confianza ciega ya que ese amigo ha demostrado que lo es. Aunque suele ocurrir que esa confianza sea traicionada y herida y ese amigo, no fuera tan amigo; por lo que hay que tener cuidado. Puedo resumir esta idea en una frase de Martin Luther King, Jr. que  decía: “Al final, no nos acordaremos tanto de las palabras de nuestros enemigos, sino de los silencios de nuestros amigos”.
No es más amigo, el que siempre está contigo y te ve cada día, que el que te ve dos días, pero esos dos días son los que estas triste, porque sólo él sabe que lo estás, y te hace sonreír.  El que te da un abrazo en lugar de dos besos, o el que simplemente te dice que no está bien lo que has hecho, que el que te ríe la gracia.
Amigos buenos no abundan en la vida, amigos que te conozcan casi al cien por cien, tampoco. Y cuando has encontrado un buen amigo, puedes sentirte afortunado, dice un dicho popular que “aquel que tiene un amigo, tiene un tesoro”, pero a los amigos hay que cuidarlos. Esos que están ahí, incondicionalmente esos son los que debemos de cuidar, no cualquiera puede ser un buen amigo. Aquel amigo, que ha sido difícil de encontrar, difícil de conocer, será difícil de dejar y por supuesto, muy difícil de olvidar.

martes, 13 de septiembre de 2011

Errores Humanos


Todo el mundo nos equivocamos, todos cometemos errores pero sobre todo, todos los humanos hacemos daños, todos, absolutamente todos. Provocamos daños inconsciente o conscientemente pero lo hacemos.
Realmente, son nuestras acciones las que hieren a los demás, acciones que hacemos queriendo o sin querer, acciones que provocan en los demás un dolor que hay veces que se pueden disimular o que no… una mala acción hacia alguien puede provocar muchas preguntas en esta; ¿Por qué?, ¿Qué hice?, ¿le hice algo?, ¿o tengo la peste?... bueno esto último es una dramatización pero puede ocurrir.
Los humanos somos los más peligrosos debido nuestras acciones, un animal como el perro puede gruñir y ya sabes que tienes que salir huyendo, puede llorar y puedes acercarte y mimarlo que luego el te mimara, pero los humanos, pueden estar haciendo una cosa cuando realmente es otra. Pueden poner una buena cara y ser amistosos con otra persona y mientras lo son pueden herirla. Si es cierto, y quien diga que no se está mintiendo. Todo el mundo lo ha hecho y lo hará, como ya he dicho a veces ocurre sin que nos demos cuenta. Incluso hechos que pueden contradecir otros hechos del pasado, si alguien tiene memoria puede recordarlo y sentirse… traicionado.
Incluso palabras, palabras o frases completan que hieren a la persona que tenemos en frente, esa persona que ha estado ahí siempre para nosotros. A veces las palabras duelen más que una pelea física, y muchas veces son los hechos, las acciones las que duelen más que una pelea física o que un palabra mal dicha.
Deberíamos de cuidar lo que decimos y lo que hacemos cuando tenemos a alguien que apreciamos delante porque por un descuido, una risa o un hecho podemos perderla para siempre. Sí, he dicho para siempre, porque después los humanos tenemos un gran problema. Ese problema tiene tres silabas, OR-GU-LLO. Somos muy orgullosos para pedir perdón, para decir lo siento y que ocurre entonces, ese error cometido a veces de forma inconsciente va aumentando y aumentado y finalmente acaba jodiendo una amistad, una pareja o una familia. Porque el humano, hombres y mujeres no saben decir: lo siento, perdóname.
*El problema además de nuestro orgullo, es que si a la persona que hemos herido, y no le hemos perdido perdón, ya se encuentra algo tocada y no estará igual que antes  con nosotros, podemos decir que estará a la espera de que vuelva a ocurrir o de que pase algo peor. Y nos encontramos en una situación incomoda, porque si no sabes lo que ha ocurrido, si la has dañado sin querer y ella no está como siempre contigo tu estarás preocupada de porque esta actúa como actúa y ella estará esperando a que actúes de forma normal o como cuando la heriste. Es un círculo vicioso del que no se puede salir a menos que seamos claros con nosotros mismos y con toda persona. Que se aclaren las cosas.*
Pero es difícil una vez que empieza este círculo vicioso porque como he dicho va creciendo y creciendo y provocando más inestabilidad en la vida de todos, en todos los que se rodean porque se van comentando cosas y cada vez esa inestabilidad se hace más y más grande. Por eso, desde aquí digo que dejemos el orgullo a un lado, sepamos cuando debemos pedir perdón y si nos cuesta mucho y cada persona sabe lo que le cuesta decir: lo siento, debemos actuar con mucha precaución con todas y cada una de las personas.